sábado, 19 de septiembre de 2009

MADRID, LA NOCHE EN BLANCO



UKHUPACHA,
(“mundo de adentro” en quechua),
WAYNA PICCHU, “Cima joven” en quechua:

NORA ALARCON

La poesía de Nora Alarcón pertenece al fuego: es ahí en donde está en su elemento y se encuentra a sus anchas.
Pero no se trata del fuego de una hoguera; ni es el de una lumbre; no es el fuego del hogar, ni el purificador, ni el destructivo como la llama de los incendios que se propaga arrasándolo todo a su paso, sino que se trata del fuego de la antorcha que en este caso no se conforma con estar en el pebetero sin antes ser llevada además para iluminar, (más que con su luz clara con el resplandor de su oscura sombra reflejada en el papel blanco), elcamino, un camino de iniciación, hasta quedar prendida en otro fuego definitivo, como el astro solar. Sólo que la paradoja está en que para ser apagado un fuego tan sagrado bastaría con un simple soplo de viento; así que la epopeya del ser humano está en conseguir que este fuego, en cierta medida más fuerte que él, pero expuesto a extinguirse con un solo soplo de brisa, como a morir por un estornudo, no fenezca. Paradoja que también insiste en que ese viento que amenaza con una ligera ráfaga al fuego sagrado, el que ilumina, el que da vida, ese aire, digo, también aventaría al fuego, en el caso de los incendios haciéndolo incontrolable, y por tanto catastrófico. En este frágil equilibrio, pero que es el más seguro para alcanzar la sabiduría, se encuentra la poesía de Nora Alarcón: fuego sagrado que puede ser apagado de un soplo, o convertido en incendio, antes de llegar a su destino. Esta es la conciencia de esta poesía que oscila desde la llamarada al reflejo de la antorcha olímpica de una peruana griega.

FUEGO QUE DEBE SER PRESERVADO DE LOS GOLPES DE VIENTO PARA QUE NO SE APAGUE: éste es el cuidado que lleva Nora Alarcón, a la que posee la oscura intuición de que una vez apagado jamás podrá ser reanimado; difícil misión la de su preservación, cuando es el fuego (que también puede ser apagado por la velocidad) de una antorcha que porta un jinete, a caballo, veloz por un universo enraizado en una naturaleza muy rica y tupida que jamás permitirá ser conquistada sino observada de cerca, y eso solo en algunas ocasiones, como sucede en el caso de los palacios ocupados por los reyes, los cuales todavía se muestran menos que los templos destinados al culto de los Dioses.
Naturaleza poderosa que sólo ha permitido la visita de los científicos cuyo método invita a la modestia, como Von Humboldt o José Celestino Mutis, que regresaron luego al mundo de los demás trayendo sus bellos herbarios.

Pues es así también la poesía de Nora Alarcón, como un exótico herbario, ascendiente de nuestras telas
estampadas, la cortina del sol del Inca, pero también del Siglo de Oro español, del Garcilaso que sueña en la Mezquita de Córdoba.

Pues tiene está poesía una extraña vitalidad que en parte ha decaído en nuestro mundo actual.

¿Tiene más fe en su propia fuerza, o no la necesita siquiera de tan a flor de piel que está, tan a flor de palabra?

No necesita de la fe aquel para el que nada está oculto, como sucede en el caso de Nora Alarcón.

No hay videncia en su poesía, sino una extraña y original evidencia.

Y nos llega con el espíritu formidable de las vanguardias suramericanas, hermanándose con Carlos Oquendo de Amat, espíritu de vanguardia de principio de siglo, aunque de otro siglo; por que si hay algo de lo que Nora Alarcón es, es de este siglo actual, esta hermana-nieta de los grandes poetas de la vanguardia suramericana.

¿Duerme durante el día N A, vive por la noche?
No lo creo, no hace una vida diferente de la de las demás personas, no vive alejada de la realidad, de la de
nuestro tiempo.

¿En que consiste su originalidad? En que no cansa.

¿En qué consiste su aportación a la poesía? En versos nostálgicos como las almas eslavas, pero del
poema en prosa: el poema es el jinete y la palabra como un bello ejemplar de raza, educado en el puro arte de versificar al que obedece con gusto, pero sin perder el imponderable de su propia naturaleza, el original del alma encerrada en algunos seres muy bellos, pero que no son humanos como el caballo.
Pues así es la palabra para Nora Alarcón, y la poeta el centauro: Centaura.

En Madrid, a cuatro de Julio del año de gracia de 2009.

María Antonia Ortega

miércoles, 22 de julio de 2009

JACK DISNEY ALARCÓN

Museo de Historia Natural , Lima 2006

http://jackdisneyalarcon.blogspot.com/



El regreso del malvado emperador Zurg

Todo comienza en un cielo oscurecido en el espacio exterior, las estrellas del espacio exterior comienzan a moverse rápido hacia el fondo, dobla hacia la izquierda y aparece la nave espacial blanca del malvado Emperador Zurg, abajo a lado izquierdo de la imagen aparece un cuadrado exactamente cuadrado color verde claro, al derecho del cuadrado, aparece un cursor vertical del mismo color que el cuadrado, titila, se empieza a escribir digitalmente “Ubicación: nave espacial del malvado Emperador Zurg” la escritura digital es la misma que la de Buzz Lightyear comando estelar cuando se escribe digitalmente la ubicación de un lugar, se borra mientras que la imagen cambia de lugar, el Emperador Zurg (Toy Story 2, Buzz Lightyear comando estelar) a su lado de la garra izquierda ,su ayudante, habla con su víctima Zazú de la película El rey león que había sido secuestrado por algunos secuaces de Zurg, Zazú le dice a Zurg “Bueno, ¿En que puedo servirle señor?” y Zurg le contesta “Zazú infórmame.” y Zazú le contesta “Sí, señor”,en eso aparecen el trío de las hienas, las mismas atacaron Zazú y que estuvieron a punto de atacar a Simba y Nala en El rey león. La hiena Banzai dice “Hola jefe.” Y Zurg dice “Hola Banzai, Shenzi, Ed, hienas.”la hiena Banzai dice “¿Qué hay para nuestro malvado plan?” y Zurg contesta “Desháganse de Zazú la hiena Shenzi dice” Bien dicho Zurg.” El trío de las hienas ahora tienen a Zazú como su presa victima. Aparece el Conejo Blanco de Alicia en el país de las maravillas (versión animada de Disney) diciendo apresuradamente “Pero jefe ya es tarde.Tarde, tarde, tarde.” ¿Quién sigue?” y el Capitán Garfio de Peter Pan (versión animada de Disney) dice “Yo.” y Zurg contesta “Te escucho Garfio.”, el Capitán Garfio dice “Por casualidad Emperador Zurg, ¿Qué haremos?” y Zurg contesta “Tu vayas dando órdenes a tus piratas para que secuestren a los niños.”, Cruella Devil de 101 dálmatas (versión animada) dice “¿Y qué haré con los cachorros? y el emperador Zurg contesta “Continúa robando cachorros, y has un abrigo de piel de dálmata.” Yafar de Aladdín de Disney a su hombro izquierdo su loro Yago aparecen en vista frontal en oscura silueta, Yafar le dice a Zurg “¿Con qué pensando en un malvado plan? eh.” Zurg dice alegremente “Yafar.” La oscura silueta de Yafar y Yago se aclara, Yafar dice “Una cosa,¿y si…?” ahí en ese momento ataca con su bastón mágico de serpiente, se inicia un duelo entre el visir Yafar y el malvado Emperador Zurg, Yafar ataca a Zurg con su bastón mágico de serpiente, el malvado Emperador Zurg ataca al visir Yafar con su arma-brazo, en el duelo Yafar derrota a Zurg, el Emperador Zurg les ordena a sus robots guardianes para que Yafar no escape, Yafar sube a una moto aérea, conduciendo la moto sale de la nave espacial de Zurg, los robots guardianes lo persiguen hasta que Yafar sale de la nave espacial, Yafar ataca a los robots guardianes con su bastón mágico de serpiente, ningún robot guardián logro atrapar al visir. El ayudante de Zurg le dice a Zurg “Jefe no has derrotado a Yafar y tus robots guardianes no lograron atraparlo.” y el emperador Zurg dice “Eso fue está vez.” “Eso es lo que tu crees pero algún día te atrapare, Yafar.”. Mientras tanto en un cielo verde azulado por la mañana en el club “House of Mouse”, el club estuvo vacío, solo estaban los que trabajaban, Mickey dice “Vaya, no hay público.” Y su novia Minnie le dice “Oh Mickey relájate deberías estar orgulloso:”, Mickey se anima diciendo “Es cierto porque ahora no hay función.”

Guionista Jack Disney ( esta historia continuará...)
http://jackdisneyalarcon.blogspot.com/

lunes, 8 de junio de 2009

JUAN JOSÉ SOTO

Plaza España en Madrid

Nora, hay distancias aciagas, duras como el herrumbre de una espada clavada en la médula de un beso: distancias aquellas las del olvido y el estertor de la memoria.

Hay también distancias acrisoladas como las miradas de los amantes tenaces ardiendo más allá de los océanos y el alba.

Nora, esposa mía, estas últimas son las distancias que me acercan a ti.

Tú bien sabes que estos ojos contemplan infalibles cada llegada tuya al terminal de mi confeso amor. Allí van para ti entonces, amada mía, estos versos que comparto con los lectores de tu blog desde mi bohemio Barranco querido.

Saludos a los extraordinarios amigos que juntos forjamos en poesía en la cosmopolita, vertiginosa y afable Madrid.

Barranco, 30 de mayo de 2009.

VIII

Poesía es una antorcha

Enciende palabras

Ojos inmóviles

La ansiosa mirada de la muerte

Encendido rayo cada verso

En el naufragio de la noche

Ileso amante

del fiero abrazo de las peñas

Obstinado mar en la orilla

Ardiente voz de hoguera

Airado verbo

Turbada sangre

Sótano de caos

De hondura a tientas

Poesía colgada en el pecho

Llave maestra

Fiera tenaza de asalto

De lúbrico ardor

Sábana gris en celo

de la mujer que espera

Sed de cielos y tormenta

Indefensa muralla

de palabras

de entrepierna

Y este cuerpo harto en la intemperie

Granizada de precipitado beso

Al otro lado del reino

Nora

Impetuoso latido del amanecer

Que seduce la integridad de la noche

Coges la raíz invicta del viento y sus formas

Entre manos de malvas de luceros

Agitas la quietud de los recodos

Y la sangre imperturbable del guerrero

Entre tus apetitosos y voraces muslos

Sin embargo tu piel más honda e impenetrable

Cede ante la grave voz de tus delirios

Y te extravías en la espesura de infinitos orgasmos

Avezada flor silvestre

Irrefrenable efervescencia del instinto

Colmas abismos

De deseo y hondura

De esta humanidad pavorosa

De grito en llamas

Ardiendo en mí

Ola incesante

En la garganta del desierto

Bramando sin fin

Juan José Soto (Lima, Perú; 1965)

Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad de San Martín de Porres obteniendo el grado de Licenciado en Ciencias de la Comunicación y el título profesional en la especialidad. Asimismo, egresó de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la USMP cursando la Maestría en Periodismo. Ha publicado los poemarios: Cárcel de mi ojo



, (1994), Morada Diosa (1997), Palabra sobre los abismos (2005) y Airado verbo (2008). Parte de su obra figura en las siguientes antologías, muestras y libros: Edificio del fuego, en la Revista OLANDINA (1995); La generación del 90 de Santiago Risso Bendezú (1996); Poetas del fin del siglo de Carlos Zúñiga Segura (1998); Poesía concreta del Perú de José Beltrán Peña (1998); Canarios en el árbol de César Toro Montalvo; MP4 de Pedro López Ganvini (2005); Antología Internacional de Poesía Amorosa de Santiago Risso (2006); Habitó entre nosotros. José Watanabe & poesía actual (2008) y en el catálogo Rituales de la Papa: Arte Iberoamericano Contemporáneo publicado en Madrid, 2009. Co-organizador y coordinador literario con los poetas Nora Alarcón y Antonio Ruiz del 1er Ciclo de Poesía Hispanoamericana y Española: Madrid: una ciudad, muchas voces (2009). Fundador y director del boletín cultural electrónico “Itinerario de la palabra” (2005-2007).Actualmente dirige la bitácora virtual de difusión y promoción literaria “Surfeando en la Red”:
http://superavefenix.blogspot.com/ y un blog personal: “Airado verbo” http://airadoverbo.blogspot.com/.

Actualmente tiene en preparación la organización de un ciclo de poesía de los noventa en Lima, Perú.


martes, 26 de mayo de 2009

ANA BOLENA

Aquí estamos, el día en el que festejamos nuestro cumpleaños, María Sangüesa y yo, a mi derecha también se encuentra mi amiga la escritora María Antonia Ortega. Este año 2009 me está trayendo buenas novedades como la de descubrir varias narraciones de María Sangüesa, como muestra de ello comparto con ustedes una narración histórica bien construida y de calidad: Ana Bolena .

Además, de las tragedias tenemos que sacar lo bueno, dijo María Antonia después de enterarse de que se perdieron mis dos libros, inéditos, de poemas en un "traslado" que hice en Madrid el mes de noviembre del año pasado. Y no quiero entrar en detalles. Como mi libro no se presentó en Madrid sino en Berlín y Lima, es una bonita oportunidad de presentarlo, dijo entonces Maria Antonia y  le hizo un magnífico prólogo a esta 5ta edición de Alas del Viento .

Hay cosas irrecuperables en la vida como la muerte de mi sobrina favorita, Laura Alarcón, a sus 20 años , el 29 de marzo de este año . A estas alturas, estoy resignada  ante el hecho de haber perdido, de la manera más increible, 2 libros por corregir y terminar de depurarlos . Un trabajo de casi 9 años, escrito a mano. En el 2000, cuando me vine por primera vez a Madrid para trabajar en un proyecto cinematográfico, se lo prometí a mi amigo José Watanabe que me animaría a publicar, después de 10 años, siguiendo un poco el color de nuestras conversaciones de entonces: me decía que es mejor la calidad que la cantidad, dejar de exhibirse y trabajar. En fin, no me queda más que aprender a convivir con las circunstancias y mirar hacia adelante.

Siempre me acerco a personas que me quieren , valoran y respetan . Me he equivocado en muchas escenas de mi vida. Si hay gente que no merece que le ofrezca parte de mi universo simplemente me alejo, ya que el mundo es demasiado amplio y rico. Además, como algunos proyectos fenecen otros nacen,  qué le vamos a hacer. No podemos aferrarnos a una flor que un día estuvo viva...

Para ustedes, con cariño, les brindo una narración fina y profunda: Ana Bolena, de mi querida amiga María Sangüesa.


ANA BOLENA


    Un viento frío azota Tower Green. Escucho, lejano, su implacable silbo. Lo siento, cercano, por una punzada de dolor que traspasa mis articulaciones.

    Debe de estar amaneciendo. Intento recoger la primera luz del día con el bruñido bronce de esta bandeja. No lo consigo. Soplo sobre ella y se cubre de vaho. Puedo escribir mi nombre: Ana, reina de Inglaterra.

    Dejaré de serlo en pocas horas, me queda poco tiempo.


    Tiempo… que palabra tan hermosa y tan carente de sentido para quien lo tiene por delante y lo vive, y lo disfruta, sin tener conciencia del don que se le otorga. Y que terrible para quien ve cómo se le escapa, sin más compañía que la de su propia impotencia.


    En este último tramo de mí existencia acuden a mi mente los instantes en que comenzó a trazarse el camino que me ha conducido hasta aquí.


    Había cumplido quince años. Era una mariposa que comenzaba a sacudir sus alas, derrochando colores, fuera de la incómoda crisálida. En aquel entonces lo ignoraba casi todo. Alegre y atolondrada, llegué a la corte de la mano de mi padre Thomas Bolyn. Hombre de sangre noble y alma mezquina, dueño de una ambición desmesurada.


    Me llevaron ante Catalina, la reina. De ella recuerdo unos ojos pálidos y una piel blanquísima y ajada. Su sonrisa no ocultaba el perenne rictus de amargura que cercaba sus labios. Pero el rasgo que más me impresionó fue su mirada, absolutamente triste y con frecuencia ausente. Ahora sé que no se debía únicamente al hondo sufrimiento de haber perdido a los cuatro hijos que nunca vio crecer, sino a esa daga acerada que desgarra almas y cercena sentimientos, la infidelidad. La traición del hombre que aún amaba, y con el que había engendrado a María. La única descendiente, hasta entonces, de los Tudor.


    El rey había nacido cinco años antes que la reina y tras un espacio de quince de matrimonio estaba manifestando públicamente lo que llevaba haciendo desde largo tiempo atrás, impulsado por su temperamento caprichoso y libidinoso. Mi propia hermana, María Bolena, se encontraba entre las amantes que no había escondido ante la Corte, lugar donde anidaban las intrigas y se respiraban las habladurías que envenenaban el ánimo de la que, hasta ese momento, había sido una tímida y dócil reina.


    Yo era demasiado joven, tan superficial y vanidosa como vulnerable.


    La vida era un vuelo centelleante, una danza luminosa que parecía no tener fin. Me sentía en el centro de aquel mundo que me absorbía con sus múltiples placeres: el roce de los suaves tejidos y el brillo de las joyas sobre mi piel, los perfumes traídos de lejanos lugares, que aromatizaban mis ropas y mis largos cabellos. Siempre riendo entre miradas, bailes, e inocentes devaneos.


    En ese desplegar de mis alas no volé hacia el fuego, la hoguera vino a mí.


    Cuando Enrique me abrazó por primera vez recuerdo que miré nuestras siluetas enlazadas mientras se reflejaban en un espejo. Ahora, en la distancia, comprendo que lo que realmente vi fueron la soberbia y la vanidad ardiendo en una sola llama.


    Aquel incendio no pudo ser sofocado por el Papa Clemente, ni por el Emperador Carlos, rey de España, sobrino de la reina repudiada. Ella demostró entonces una dignidad y una fuerza interior ilimitadas.


    Mientras tanto, yo creía que Enrique luchaba por nosotros al saltarse los diques de la religión, la política y la diplomacia. ¿Había existido alguna vez una mujer tan amada? Creerse dueña de aquella seguridad, tener aquel convencimiento, alentaba mi vanidad y me hacía volar cada vez más alto.


    Ni por un momento pensé en las humillaciones que sufría Catalina. Alejada del palacio de Windsor, encerrada de castillo en castillo. Apartada de su única hija que, al haber sido declarada la nulidad del vínculo, había perdido el derecho a la sucesión del trono.


    Es inconmensurable el dolor que puede dejar la soberbia desbordada en su imprevisible trayecto. Y el orgullo que quiere ennoblecer su nombre mientas se esconde tras la máscara del amor. Esa palabra tan valiosa, ahora, para mí, y tan carente de significado para quien, como Enrique, no sabe amar sino poseer y que únicamente la utilizó, entonces, como un pretexto que le ayudó a imponer su voluntad por encima de todas las demás.


    Nuestro matrimonio escondió un buen puñado de inconfesables intereses.


    En esa tormenta de fuego quemó creencias, sentimientos, vidas y sueños.


    Con él se queda mi hija Isabel. No quiero pensar en la herencia que corre por sus venas, es todavía demasiado frágil, demasiado pequeña, apenas tiene tres años.


    El vaho desaparece de la bandeja. Mi nombre se borra de su brillante superficie, de la misma manera que el rey me ha borrado de su vida. La mía sé que acabará aquí, en Tower Green.


    Mañana, cuando yo sea una sombra, cuando mi sangre haya sido derramada, en nombre de la calumnia y de la infamia, será Juana Seymour quien ocupe mi lugar en el trono y en el lecho real.


    Me pregunto si ella pensará alguna vez en mí. Yo no puedo dejar de evocar a Catalina. Su vida se apagó en enero de este año de mil quinientos treinta y seis. Hubiera querido hacerle saber que yo, la odiada, hoy puedo llegar a comprender la magnitud de su dolor, ya que el mío aunque más breve no ha sido menos intenso.


    Oigo como el viento amaina y me permite escuchar unos pasos apresurados sobre los angostos escalones de la torre. Ahora tengo la certidumbre de que no llegaré a cumplir los treinta años. En cualquier momento abrirán la puerta.


    Y entonces más que nunca debo de recordar que, todavía, soy la reina.

http://elvuelodehecate.blogspot.com/



domingo, 24 de mayo de 2009

ALBERTO LAURO


Querida amiga Nora: Remiso como he sido hasta ahora, y durante muchos años, a publicar mis versos, casi siempre por imperativo de amigos, no he podido dejar de complacerte cuando me has pedido un poema inédito para tu blog.

       En el número de este mes de la Revista Encuentro de la Cultura Cubana, que se edita en Madrid, en la que colaboro desde sus inicios, aparecerá mi poemario inédito íntegro Cartas no enviadas. Desde 1994 en que llegué a España como exiliado desde La Habana y la Editorial Betania dio a conocer Cuaderno de Antinoo, no he publicado poemario alguno aunque sí  han aparecido, muy esporádicas, colaboraciones mías en revistas y antologías de España, Estados Unidos, Colombia Y otros países latinoamericanos.

     Hace unos días, después de una sobremesa con buenos vinos y en compañía de nuestra amiga, la escritora española María Sangüesa, me hiciste reflexionar sobra la escritura y sus implicaciones. Ahora te respondo además con dos citas de autores clásicos, que quiero compartir contigo y tus lectores:

 

“Si yo escribo, ¿cómo lo recibirá la posteridad? Si un autor desde un principio teme decir algo que dura más allá de su propia vida y época, entonces, las cosas producidas por un espíritu tal serán necesariamente imperfectas y ciegas como abortos, no serán capaces de llegar a la perfección para asegurarse renombre en la posteridad.”

                                                         Longino (“Sobre lo sublime”, 14 y 30)

“Con que una vez algo haya sido puesto por escrito, las palabras ruedan por doquier, igual entre entendidos que como entre aquellos a los que no les importa en absoluto” 

                                 Platón  (“Diálogos: Fedro” 274c-275e)

   Es para mí un placer darte este poema inédito que en su día le dediqué  a la gran poeta, también peruana como tú, Blanca Varela, cuando invitada por la Residencia de Estudiantes de Madrid pude tratarle, aunque ya conocía su obra desde que muy joven encontré un libro suyo en una de mis dos estancias en la casa del poeta cubano José Lezama Lima. El texto forma parte del poemario Hijo de mortales, que aparecerá finalmente este año en Madrid. Los primeros textos datan de 1987 y los últimos han sido escritos recientemente. Gracias por tu amistad. Tu poesía tiene esa luz de tus ojos que brilla como fulminada paloma de luz, desafiando tormentas y huracanes, y lleva en cada pupila un diamante ancestral y virgen, que después de lunadas, resplandece cual rocío inmarcesible entre las ruinas incas.


NegritaNUEVAS CANCIONES DE ORFEO

                                             A Blanca Varela.

Yo

        Orfeo

Voy ciego y solo

Del fuego a la tiniebla

Del espanto al dolor

De la noche al cementerio

Del abismo al abismo del barro

           Sin cuerpo

                 Sin alma

Palpando con mis manos

Los huesos de otros que ya han muerto muertos

Alabando al sol

Con cristal de labios rotos

 

Yo

         Orfeo

Cantor de sombras

Hijo de sombras

Mendigo errante de las sombras

Busco a alguien entre brumas

Laberintos      cuartos oscuros     tinieblas

Preguntando qué es el amor

Dónde ha ido          fuego fatuo

Qué silencio lo sepulta

Yo que me he mirado en sus temibles ojos

Que estuve alguna vez vivo

Únicamente en ellos

Espero a qué cruel lazarillo

Para guiarme entre ruinas

Y tenderme trampas

Dádiva de anhelos insepultos

Imposibles sueños

 

Dirán

            Ahí va Orfeo

Antes brillante cantor

Virtuoso ejecutante de la cítara

Y el arpa de fiebre

El de la voz sublime

Ahora con lamentos

Aeda de lo Oscuro

Huésped del Hades

Príncipe de la soledad

Heredero del abandono

Y sólo las sombras

Saben que he amado

 

Qué hacer

Si el otros es ahora vacío

Cómo darle luz a la llama extinta

Con qué brisa alimentarla

Arrebatársela al hastío

Cuándo    dónde     por qué

Dije lo que no dije y sentí lo que sentí

 

Esculpir la estatua decapitada del amor

Esa mano cae

        Ese rostro es ausencia

Y olvido en el mar de la noche

Arrastra cuerpos

A la orilla de qué playas

 

En el deseo

Todos mis navíos se hundieron

Sin brújula

                 Sin Norte

Los voy reconociendo

Sólo veo náufragos

Sobre la arena

Las bocas de los muertos

Dicen mi nombre

Están cantando mi canción

Han hecho suya mi voz

Los siento    los oigo      los palpo

La ceniza del infierno es ya mi adiós

Y ese himno

Que olvidarán los hombres

Cuerpos dormidos

En los embates de la memoria de la sangre

 

Los cuerpos de los que amé dónde están

Cuándo se fueron

En qué arpía ahogan su furia

Negando a los que en otro tiempo

Me dieron su sed bajo la lluvia

La nieve       el fuego

Eran de hiel y rencor sus abrazos

Dónde has ido

      el esperado

Ahora que ya no intento retenerte

 

Despierto con sed

Con estos ojos de arena

Este rostro de madera carcomida

Y en mi alma el incorrupto diamante

Hallado en el desierto

Ilumina a Nadie

Hecho del crisol del carbón de mi destino.

Como pájaros huimos

Despavoridos      sin  mañana      sin sueño

Sin vuelo ya      ni aire

Flotando en la nada        la tormenta

Es el ojo de un inmenso ciclón

 

Qué espanto

La cercana primavera.

Como  inútil      absurdo

Torpe pájaro sin vida

Hablo aún mientras

Desnudo desciendo a los infiernos

Al Hades que es la ausencia

Cada día

            Cada instante

En que la estrella se apaga

En la baba del cíclope tuerto

Allí donde en silencio

Para siempre callarán

La voz

                El canto

                                La palabra.


ALBERTO LAURO, (Holguin,Cuba, 1959). Poeta y escritor. Licenciado en Letras por la Universidad de La Habana. Bibliotecólogo. Dirigió en Holguin el Taller Literario “Pablo de la Torriente” (1981-1986). Trabajó como guionista de radio y televisión en el Archivo Nacional de Cuba y en el Museo de la ciudad de La Habana. Ha obtenido mención del Premio David de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (1981), Premio Mirta Aguirre de poesía. Revista Muchacha, (1983). Mención y Primera Mención de poesía del premio El caimán barbudo, (1985-1986) Premio Literatura-86 de Poesía. Premio de La Ciudad de literatura para niños y jóvenes (1987 y 1989). Mención del Premio La edad de Oro. Ministerio de Cultura, (1989). Primera Mención del Premio LLama de Amor viva; Revista vivarium del Arzobispado de La Habana, (1991). Con poemas y artículos ha colaborado en Unión, Letras cubanas, El caimán barbudo, Santiago, La Gaceta de Cuba, Quimera (Barcelona), Diálogo (México), La Urpila (Montevideo)Linden Lane Magazine (New Jersey, Babel (Portugal), Cuadernos de poesía nueva (Madrid), Revue noire (París), entre otras. Autor del poemarioCon la misma furia de la primavera (1987) y de los libros para niños. Los tesoros del duende (1987) y Acuarelas (1990), todos premiados en Cuba. Además de la plaquette Parábolas y otros poemas (Barcelona, 1987). Aparece en las antologías de poesía editadas en Cuba: Como jamás tan vivo (1987), Andará Nicaragua (1987), Mi madre teje el humo de los días(1990) y en Un grupo avanza silencioso (UNAM, México, 1990), entre otras. Su ensayo “Eliseo Diego entre la penumbra y la luz” fue publicado en: Acerca de Eliseo Diego (Letras Cubanas, La Habana, 1990). Obtuvo el Premio Odisea de Novela con “En brazos de Caín” en 2004. Reside en España desde 1993

lunes, 18 de mayo de 2009

Cadenas de Voz, Alfa y Omega (mis poemas)

Negrita
CADENAS DE VOZ

I

El tiempo es testigo
Del destino hecho de instantes
Que alumbra la estación
Tras las huellas de una cabalgata

Y aún en el fragor de las distancias
Seguirá tu canto.

II

Tiene el rostro
Mojado en la penumbra
Con un cuerpo de una tonelada
Incapaz de moverse
Su mente escucha
tu música interior

Rescátala del silencio
Y será pluma danza agua
tu fuego final.

III

Llámame
Multiplícame con tus acordes
No seré otra si no tuya
en la marea

Acciona tus pensamientos
Que se escapan como el aroma de los leños
Árbol de las quimeras
en ataúd.

Que te importa si está desolado
Violencia de cal.
Ilusa eres como una pesadilla.

En el desierto
Se ahogaba esa semilla
Otros ojos la fecundaron
Encanto que la multiplicó
en poesía.

Águila de tierras fértiles y amargas
Ya no quiero tus alitas
Ni que me llames nunca
No me interesa tu voz.

Mi vuelo es una serenata a tus cadenas.



ALFA Y OMEGA

Un beso
Encadenó ríos
A un solo cauce
Amante de un curso
perdido entre las aguas

Quién estará ahora en la corriente
mientras ese gorrión
Fluye en otros escenarios

Deja, ya fueCursiva
nada se puede detener
No tiene remedio.

LOS  RITOS, JACK Y LA POESÍA

 Esta secuencia renueva mi espiritu al trascender y purificar  mi existencia en el tiempo junto con dos poemas mios Cadenas de Voz y Alfa y Omega . En dos  fotos me  acompaña mi entrañable Jack  (http://jackdisneyalarcon.blogspot.com/) 
que es el inicio de mi apertura  a mi amor de  madre con el que invento mil motivos para ser feliz  aun en la  distancia.

 El zorro le pidió al principito que: tenía  que ir  a las citas  a la misma  hora, pues "si vienes a horas  distintas, no sabré cuando empezar a preparar mi corazón... Los  ritos son imprescindibles.
- ¿ Qué  es un rito? - dijo el principito-
- Es algo también  ya muy olvidado - dijo el zorro-  Es lo  que hace que un día sea diferente  de los demás,  y una hora  de las otras.

 Los seres humanos  creamos, elaboramos, vivenciamos  ritos  que nos humanizan para celebrar nuestra existencia desde los detalles , nacimientos y muerte.  O el hecho de haber compartido tantas cosas o solo un día  juntos, un café, un vino, ver las puestas de sol y recordarlo  a la distancia   qué se yo... los afanes  de la comunicación o tal vez  todo lo que un día dejamos  pasar tristemente a pesar de tanto amor... condenado al olvido.   En fin o simplemente dándole la bienvenida a nuevas escenas en nuestras vidas.

        ¡Un brindis por los ritos!

                                                       Norita  Lucero por  siempre