viernes, 6 de mayo de 2011

Zaino

y el viento secaba esas lágrimas
siguiendo las huellas del reloj

sumergido en este galope sin estribos
en un zaino desbocado de vacío

adónde gritar...ya nada araña el silencio

y si un rayo incendia esta oscuridad
que ya no embriaga

moriría como aquel potro
desangrándose cuando le castraron

bebiendo tu sueño tras este corazón
lanzado sobre algún obstáculo.


 ( Uno  de los tres poemas míos que me gusta. También publicados en
 " Madrid: una Ciudad, muchas voces" 2009).

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domingo, 1 de mayo de 2011

Acróstico

Iglesia Santo   Domingo  de Ayacucho.  

Ser mujer es un privilegio.  Para algunas, el nacer en países donde aún las condiciones "culturales" cercenan no debe obviarnos a las demás en el compromiso de libertad y canto por todas, por una sociedad de equilibrio donde el pensamiento, la diversidad y la integridad física y moral se respeten, porque ante todo, somos creadoras, pro-creadoras y semilla de lo que sembramos . Estoy de acuerdo  con Anna Francisca Rodas (poeta colombiana) Iglesias a quien conocí en un encuentro internacional de poesía. Me impactó  su calidad literaria y de persona.  He  conocido  gente  interesante y extraordinaria  a lo largo de mi camino. Una  de ellas es mi admirada amiga :  Maria Sangüesa  escritora y poeta  (Nacida en Alhucemas, Marruecos),  La conocí  en Madrid  desde el primer día  hubo una inmensa química y afinidad  espiritual que nos unió  por  siempre . Ahora que estoy en Ayacucho  la hecho   mucho de menos. Parte  de  mi corazón se quedó en Madrid.  Con María  compartí  techo, mesa, confidencias, risas y lágrimas.  Durante seis meses, salvo algunos viajes de ambas. Fue un tiempo en el que dos mujeres, de diferentes temperamentos y raíces, convivimos en total armonía y complicidad. Nunca hubo un desencuentro, nunca una mala expresión, respetábamos nuestras vidas y nuestros espacios, en total sintonía... lo que más nos unía era nuestro amor a la literatura, nuestras respectivas soledades, y nuestra independencia. Creo que nos llegamos a comprender muy bien, nos respetábamos en todos los ámbitos y nos profesábamos un afecto que se acrecentó con el paso del tiempo ( M:S). Ahora que estoy en Ayacucho  siento una tremenda  nostalgia . Releo el  estupendo acróstico que ella escribió para mi  cuando regrese a mi país. María es   una mujer excepcional e inolvidable. Mi infinita gratitud por ella y su buena poesía.


Por María Sangüesa


NORA

Nereida de opalinos mares,

Ondina de profundos jades,

Radas de estrellas te acompañan,

Aguas de azogue te reflejan.


Ayacuchano es el viento que te guía,

Largo soplo de aliento entre tus alas,

Aire de salvajes vuelos,

Rebeldía de sueños en tus versos…

Cadencias de misterios y designios

Ondean en tus huellas.

Nadar, entre luceros y tormentas, es tu sino.

(Marzo 25, 2010)




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